Para iniciar el canto
Si yo ya no escribiera
y si me conformara con mirarte
y soñar en tus labios la palabra
que no necesita escribirse
porque la estás pronunciando siempre
aunque yo no la oiga,
porque la veo navegar en el espacio
donde las olas callan en el mar de tus ojos
que me mecen sereno
como si fuera un niño,
en el espacio que separan mis labios de los tuyos,
mi voz de tu silencio…
Pero no me conformo con mirarte,
con soñar la palabra que nace de tu alma
para anidar en la mía,
para escribir el canto del amor más grandioso,
el canto de la paz blanca en la tierra.
Déjame al menos que te diga ahora
que sigo siendo el niño que tú acunas
con las olas calladas de tus ojos.
No será un verso de esos que se escriben
con oro sobre el mármol,
pero es amor tranquilo, paz doméstica.
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